Salvo excepciones, a los que aprenden de grandes les cuesta mucho llegar a tener un buen nivel de natación y para muchos es frustrante darse cuenta que si de chicos no nadaron competitivamente, están en desventaja. Pero sinceramente esto no tiene por qué ser así. Bien guiados, con paciencia y disciplina se puede llegar a ser un buen nadador.
A diferencia del trote y el ciclismo, en la natación no hay una correlación tan directa entre volumen entrenado y mejora. Más importante que el volumen entrenado, son los trabajos de técnica y lamentablemente existe la concepción equivocada que los trabajos de técnica son una pérdida de tiempo. Los trabajos específicos de técnica definitivamente te ayudarán a ser un mejor nadador.
El secreto de una buena natación está en la eficiencia con la que somos capaces de vencer la resistencia del agua. Una buena “hidrodinámica” y un correcto balance y simetría del cuerpo se alcanzan sólo con trabajos específicos de técnica. Con el tiempo lograrás nadar más relajado y mejorarás tu flotabilidad. Sin todo esto mejorar en el agua se nos hará cuesta arriba.
Los trabajos de técnica balanceados con trabajos de velocidad, intervalos y resistencia te permitirán tener una evolución positiva casi segura.
No tiene mucho sentido explicar aquí cuales son los trabajos de técnica que se pueden recomendar, ya que son personales. Pero digamos que son decenas. Lo importante es que los que hagas sean específicos para corregir una falencia o potenciar un movimiento bien hecho. El set específico debe ser definido para ti por tu coach de natación. Obviamente para hacerlo bien debe tener experiencia y conocimientos en la materia.
En resumen, si no eres un buen nadador invierte todo el tiempo disponible en mejorar tu técnica, busca asesoría de manos expertas y posterga para más adelante el aumento en los volúmenes.
por Ricardo Cumplido